25 de octubre de 2009

"Abandonar el Euro y Volver a la Peseta: Camino hacia el Desastre"


Ante el clima de desastre económico absoluto, algunos echan la vista atrás y recuerdan los tiempos en que en España se vivía mejor, dándose la peculiaridad de que establecen una relación directa entre ese bienestar y la antigua moneda, la peseta. Y es que muchos consideran que el euro es el causante de buena parte de los actuales problemas económicos (junto con el hecho de tener el gobierno más inepto de la Historia).


Y es que, para salir de la crisis y volver a ser competitivos, hay dos recetas:

  • Devaluaciones de divisa.

  • Innovación.



Antes de su incorporación al euro, España devaluó la peseta en varias ocasiones para salir de las crisis económicas, motivo por el que algunos tienen la “genial idea” de que “tal vez hay que salirse del euro, volver a la peseta, y a las devaluaciones” para salir de este caos económico. A título personal, me parece que estar en el euro tiene muchísimas más ventajas que inconvenientes:


1º) Mayor credibilidad Internacional, y Tipos de Interés más bajos lo que nos ha permitido crecer muy por encima de nuestros socios europeos; el éxito económico español se debe al euro.



2º) Buenas Relaciones con nuestros principales Socios Europeos: es muy probable que fuera del euro la competitividad derivada de la depreciación de la peseta hubiera perjudicado las exportaciones del resto de los países de la Unión Europea, lo que pondría en peligro nuestras buenas relaciones dentro de la UE.



3º) Eliminación del Riesgo de Cambio, que ha permitido una gran accesibilidad de las empresas españolas a la financiación internacional lo que les ha facilitado su fuerte expansión en el exterior y la entrada de capital extranjero.


4º) Reducción de Incertidumbres en el Comercio Internacional: fuera de la moneda común la inflación española sería probablemente mucho mayor, y como consecuencia el tipo de cambio de la peseta sufriría una enorme volatilidad con respecto a otras monedas, lo que generaría bastante incertidumbre en las relaciones económicas de España con el resto del mundo.



Además, una reintroducción de la peseta empeoraría la gestión de las finanzas públicas con aumentos en el déficit presupuestario y la deuda pública. Esto dispararía el riesgo país, por lo que resultaría mucho más caro obtener financiación en los mercados financieros internacionales, lo que de facto sería “argentinizar la economía”.



Aunque renunciar a la política monetaria es una decisión difícil, personalmente creo que ha sido algo sanísimo, ya que de lo contrario tendríamos a una pléyade de politicuchos ineptos manejando la máquina de imprimir billetes, justo cuando son incapaces de cuadrar las cuentas públicas, y eso pues nos llevaría al desastre más absoluto. Por lo tanto, dado que los políticos españoles no saben ser rigurosos (salvo algunas destacables excepciones que jamás se pondrían el dedito en la ceja), mejor que sea el BCE el que nos proteja de nuestra inepta clase política, al menos en materia monetaria.



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