10 de septiembre de 2008

"¿ Nueva Guerra Fría entre USA y Rusia en el Siglo XXI?"




Tras haber explicado la Guerra del Cáucaso entre Rusia y Georgia por los problemas de Osetia del Sur, creo interesante exponer este análisis del ex ministro israelí de exteriores, Shlomo Ben-Ami , sobre si “se están creando las condiciones para que aparezca una segunda versión de la Guerra Fría”:




“¿Anuncia la guerra en el Cáucaso una segunda Guerra Fría? ¿O bien se trata de una invitación de Rusia a Occidente a dar nueva forma al status quo global que ha predominado desde el término de la primera Guerra Fría?




No hay dudas de que el ejército ruso no está preparado para una confrontación global con Occidente. La inteligencia rusa no sólo fracasó en detectar la inminencia del ataque georgiano en Osetia del Sur, sino que el sistema de equipos electrónicos para la guerra y las mal equipadas tropas de tierra rusas parecían reliquias de la era soviética.




En todo caso, una guerra no tiene por qué mostrar armas de última generación para transmitir un potente mensaje político. Después de todo, la influencia real de Estados Unidos en el mundo está decayendo a pesar de que su ejército sea la máquina militar más sofisticada de la historia. Al mostrar que Estados Unidos ha perdido su monopolio del uso unilateral de la fuerza, y al invaditr a uno de sus aliados -algo que ni siquiera la Unión Soviética se atrevió jamás a hacer- Rusia desafió abiertamente la Pax Americana que surgió tras la victoria estadounidense en la Guerra Fría.




La guerra en Georgia no podría haber ocurrido si Estados Unidos no hubiera manejado su hegemonía global de una manera tan desastrosa. Estados Unidos entró a una calamitosa guerra en Irak, perdió más de una oportunidad de dialogar con el régimen revolucionario de Irán, presionó para que una inacabable ampliación de la OTAN llegara a las puertas de Rusia y arrogantemente hizo caso omiso de las protestas rusas contra el despliegue de defensas antimisiles en Europa del Este. Bajo el pretexto de la “guerra contra el terrorismo”, Estados Unidos activó el temor de Rusia a verse cercada, a través de su penetración militar en países como Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Kirguistán, Kazakistán y Tayikistán.




En su afán por contrarrestar lo que ve como una estrategia hostil de EE.UU. de crear "Cubas" estadounidenses a su alrededor, el Kremlin está promoviendo alianzas con la Cuba de Raúl Castro y la Venezuela de Hugo Chávez.




En el Oriente Próximo, Rusia está haciendo todo lo que puede para recuperar algunos de los bastiones que tenía en el pasado, con el fin de evitar que Estados Unidos sea el único actor global con presencia en la región. La reciente visita del Presidente sirio Bashar al-Assad a Moscú es una clara manifestación del potencial de renovar esa alianza. Rusia sigue poniendo obstáculos a las propuestas estadounidenses de sanciones contra Irán, ha firmado con esa nación cuantiosos contratos energéticos y está a punto de vender sistemas aéreos avanzados cuyo fin es frustrar un posible ataque israelí o estadounidense. De manera similar, los rusos han perdonado gran parte de la deuda de Irak y acordado lucrativos negocios para la perforación petrolera.




Una de las víctimas del unilateralismo estadounidense post Guerra Fría ha sido la alianza transatlántica. El impulso de Estados Unidos de ampliar la OTAN no es compartido por todos sus aliados, y Europa no está de ánimo para seguir las acciones del impulsivo presidente de Georgia y ser arrastrada por los ex estados soviéticos del Báltico y Polonia a una confrontación con Rusia. Europa, que depende del abastecimiento energético ruso, no está preparada para una nueva Guerra Fría, y su alternativa al petróleo ruso, Irán, no es del gusto de los estadounidenses.




Claramente, volver a una estrategia de Guerra Fría no beneficiaría a Occidente. Las amenazas de expulsar a Rusia del G-8 y mantenerla excluida de la Organización Mundial de Comercio sólo aumentarán su sensación de aislamiento, fortalecerán su autoritarismo y la empujarán al papel de una potencia revolucionaria anti-estatus quo en la vieja esfera de influencia de la Unión Soviética, y más allá. Las minorías rusas que todavía esperan ser “rescatadas” en Ucrania, los estados bálticos y Moldavia son potenciales gatillos del neoimperialismo de Rusia.




Sin embargo, como potencia abrumada de demasiados problemas internos y una sensación crónica de inseguridad a lo largo de sus vastos y peligrosamente despobladas fronteras, a Rusia tampoco le puede interesar una segunda Guerra Fría. No obstante su reciente acuerdo con China sobre la demarcación de sus fronteras, Rusia nunca puede estar segura de las intenciones últimas de China como una colosal potencia hambrienta de materias primas para su economía en auge y de espacio de habitación para su enorme población.




Como lo ha demostrado la guerra en el Cáucaso, la economía global no ofrece una garantía infalible contra la guerra. Pero una cosa es asumir un riesgo calculado, como los rusos hicieron con razón al suponer que Occidente no iría a la guerra en torno a Georgia, y otra cosa es que poner en peligro sus colosales ganancias económicas de los últimos años en una confrontación abierta con Occidente.




De hecho, la guerra en Georgia ha hecho que Rusia se encuentre en la crisis financiera más grave desde su cuasi bancarrota de 1998; perdieron 17 mil millones de dólares en fuga de capitales en apenas una semana. La bolsa de valores Moscú perdió un 15% de su valor en agosto, y el banco central de Rusia proyecta una baja del 25% de las inversiones extranjeras este año.




Rusia debe buscar una asociación estratégica con Estados Unidos, y éste debe entender que, cuando está excluida y se la convierte en un paria, Rusia puede ser un importante saboteador global. Ignorada y humillada por EE.UU. desde el fin de la Guerra Fría, Rusia necesita integrarse a un nuevo orden mundial que respete sus intereses como potencia que vuelve a surgir, no una estrategia de confrontación antioccidental”.

6 comentarios:

Jose dijo...

Estimado amigo Adamianto si me asomo esta noche a este oasis político cultural es para saludarte y poco más pues en política soy un grandisimo superficial

Ya el equilibrio del mundo no es como antes Rusia y EEUU, ahora tenemos una gran y devoradora potencia que es China,y creo se debe hacer un gran esfuerzo para tratar de pararla

Jose dijo...

Estimado amigo Adamianto si me asomo esta noche a este oasis político cultural es para saludarte y poco más pues en política soy un grandisimo superficial

Ya el equilibrio del mundo no es como antes Rusia y EEUU, ahora tenemos una gran y devoradora potencia que es China,y creo se debe hacer un gran esfuerzo para tratar de pararla

Cayo dijo...

No creo que Rusia quiera (ni pueda) llegar a una confrontación, no ya global, sino regional con varios frentes abiertos en las repúblicas ex-soviéticas.

A pesar de las demostraciones de fuerza bruta de las últimas semanas, la economía de Rusia es aún muy débil e inestable, y una guerra podría costarle muy cara en todos los sentidos.

Aquí sería interesante que Europa se erigiera como interlocutor entre Rusia y los EEUU, pero claro, el monstruo burocrático europeo lo único que saber hacer es ponerse de perfil cuando la cosa se pone fea.

Un saludo.

Duende Crítico dijo...

Ahora nos encontramos con un marco geopolítico muy distinto, marcado como bien has dicho por el unilateralismo estadounidense y en cosntante transformación. China se ha bautizado en los últimos JJOO como una superpotencia regional que aspira a serlo de ámbito global, Rusia intenta mantener a ralla su 'patio trasero' mediante unas tácticas ya marcadas por EEUU. Porque hay que decirlo, gran parte de este conflicto de Osetia es consecuencia del reconocimiento 'occidental' de Kosovo y de las internadas bélicas en Iraq y Afganistán.

EEUU no está por la labor de perder influencia en muchos países que salieron del yugo soviético y Rusia tampoco quiere perder esa influencia entre los grupos eslavos. Aún así, lo que ahora parece crisis lo más seguro es que se solucione a base de acuerdos comerciales en el tema de materias primas. Y no hablemos de Europa, ese conjunto que no tiene un gran peso internacional porque no ha coordinado su política exterior.

Un saludo.

Anónimo dijo...

José:
¿Por qué se debe hacer un gran esfuerzo para tratar de parar a China?

Saludos Adamantio

Adamantio dijo...

Rusia lo que pretende es no perder influencia en sus antiguos satélites, por lo que les demuestra que puede desestabilizarlos cuando quiera, para que éllos se estén calmaditos y no se acerquen a la OTAn.

por otra parte, China es un actor que no estaba en la anterior guerra fría, y su hambre de recursos naturales, unido a que militarmente va creciendo, puede darnos un escenario mucho más complicado en Asia...

Ideas Libérrimas - 2008 -