Ahora, justo al finalizar la primera década del siglo XXI no podemos llegar a dar cuenta de cómo ha cambiado la economía en tan solo diez años. Y es que, hemos pasado de un sistema económico en el que estaban perfectamente claros los papeles de productor, distribuidos y consumidor, con una clara concecpción de las estructuras de mercado, de los canales de distribución, de los medios publicitarios etc.
Y sin embargo, en tan solo diez años, todo ha dado un giro copernicano, ya que la revolución que ha supuesto Internet, ha roto buena parte de todas esas concepciones. Ahora, los papeles ya no están tan claros y definidos como antes, las cadenas económicas ya no están tan estructuradas, y la distribución de bienes y la prestación de servicios ya no está tan encajonada como antes.
¿Cuál es la causa de todo esto? ¡La libertad de Internet!
Y es que la red ha supuesto que cualquier persona pueda interrelacionarse con miles o directamente millones de ciudadanos a lo largo del mundo, lo que a su vez permite establecer relaciones comerciales. Antes, alguien tenía un pequeño negocio, y se circunscribía a su pueblo, su ciudad, su comarca, o como mucho su provincia. Pero ahora, esa persona solo tiene que crear una página web, y puede acabar haciendo negocios con gente de cualquier parte del planeta.
Las viejas cadenas de distribución de repente han quedado rotas, porque todos estamos en un mismo “mercadillo global”, en el que si se sabe, se pueden aprovechar miles de oportunidades de negocio.
Por ello, más que nunca es necesario que, en una situación de crisis económica, la gente sepa aprovechar esas oportunidades que ofrece la economía global. Expandir un negocio a través de la red, ya no es un lujo superfluo, sino una necesidad para asegurar el futuro. Hay que proyectarse hacia fuera, hacia el mundo virtual, y para ello, no solo debemos tener una web adecuada a nuestro negocio, sino que debe ser funcional y a la par que resulte atractiva, y dé seguridad en el comercio electrónico. A ello también hay que sumarle el acompañamiento del adecuado marketing online, para hacer llegar hacia nuestra web el tráfico suficiente como para que genere el volumen de negocio adecuado.
A la hora de crear este tipo de webs, o se sabe programación, o se contrata a un especialista. Y es que, otra de las ventajas de internet, es que podemos contratar a los mejores especialistas, haciendo un simple click. Así por ejemplo, si introducimos en Google la búsqueda Programación web Barcelona, fácilmente nos encontraremos un ejemplo de empresa especializada en ofrecer los servicios anteriormente descritos.
Para más información, se aconseja visitar la web www.cuac.es
Y sin embargo, en tan solo diez años, todo ha dado un giro copernicano, ya que la revolución que ha supuesto Internet, ha roto buena parte de todas esas concepciones. Ahora, los papeles ya no están tan claros y definidos como antes, las cadenas económicas ya no están tan estructuradas, y la distribución de bienes y la prestación de servicios ya no está tan encajonada como antes.
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Y es que la red ha supuesto que cualquier persona pueda interrelacionarse con miles o directamente millones de ciudadanos a lo largo del mundo, lo que a su vez permite establecer relaciones comerciales. Antes, alguien tenía un pequeño negocio, y se circunscribía a su pueblo, su ciudad, su comarca, o como mucho su provincia. Pero ahora, esa persona solo tiene que crear una página web, y puede acabar haciendo negocios con gente de cualquier parte del planeta.
Las viejas cadenas de distribución de repente han quedado rotas, porque todos estamos en un mismo “mercadillo global”, en el que si se sabe, se pueden aprovechar miles de oportunidades de negocio.
Por ello, más que nunca es necesario que, en una situación de crisis económica, la gente sepa aprovechar esas oportunidades que ofrece la economía global. Expandir un negocio a través de la red, ya no es un lujo superfluo, sino una necesidad para asegurar el futuro. Hay que proyectarse hacia fuera, hacia el mundo virtual, y para ello, no solo debemos tener una web adecuada a nuestro negocio, sino que debe ser funcional y a la par que resulte atractiva, y dé seguridad en el comercio electrónico. A ello también hay que sumarle el acompañamiento del adecuado marketing online, para hacer llegar hacia nuestra web el tráfico suficiente como para que genere el volumen de negocio adecuado.
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