29 de septiembre de 2008

"Mujeres Desesperadas 5: Quinta Temporada de la Serie de Tv por Excelencia"



Se acaba de “estrenar en USA la quinta temporada de Mujeres Desesperadas”, probablemente una de las mejores series de Tv de la actualidad. En esta quinta entrega, hay numerosos cambios, pues la serie da un salto temporal de cinco años en los que han ocurrido muchos e interesantes acontecimientos que han modificado sustancialmente a nuestros personajes.





- Bree Hodge (anteriormente Van de Kamp) ha dejado de ser la perfecta ama de casa para convertirse en una exitosa reina de la gastronomía, que va a publicar un libro con sus mejores recetas. Por una parte supone un éxito, pero por otra le causará problemas, pues en dicho libro se hallan las recetas de su socia y amiga Catherine. Esto causará tiranteces en la relación de amistad.


En un plano más personal, ya ha perdonado a su marido Orson, tras haber éste cumplido una breve estancia en prisión por haber atropellado a Mike. Por otra parte, ambos han perdido la custodia de su bebé, pues Danielle, su verdadera madre, se ha casado y lo ha venido a buscar, aunque esto le cause una gran herida emocional a Bree.





- Lynette Scavo, sigue teniendo que lidiar con sus hijos, que ahora son adolescentes, y que siguen siendo igual de traviesos que antes, con la diferencia de que ahora sus travesuras los van conduciendo hacia el desastre de una forma irremediable. Trata de que su marido la ayude a reconducirlos, pero éste se siente atraído por el estilo de vida alocado de sus hijos, ya que trata de vivir a través de éllos, la vida de “tío guay” que él no tuvo en su juventud.





- Gabrielle Solis, ha tenido varias hijas, quedando por tanto su figura bastante dañada, lo que hace que eche mucho de menos esa autoestima que le daba su belleza.




Pero para colmo, su hija mayor tiene cierta tendencia a la obesidad: se pasa el día comiendo y es muy reacia al ejercicio físico, lo que hace que Gabi trate de hacer que se mueva haciéndola correr tras su coche..





- Susan Delfino (anteriormente Mayer) ha cambiado mucho. Tras haber tenido a su hijo, en una cena de aniversario tuvo un accidente de coche en el que causaron la muerte a una madre y a su hijo. Esto hará que se sienta profundamente culpable, pues élla le había dicho a Mike que llevara el coche al taller a revisión, y éste se negó, diciendo que él lo revisaría. Por ello Susan se considera tan culpable, que acaba separándose de Mike, de forma que solo se ven cuando él viene a recoger al niño para las visitas de fin de semana.




Por otra parte, está saliendo con un chico (el pintor de su casa), con el que por el momento solo quiere tener una relación estrictamente sexual (ambos mantienen el secreto). No obstante él le pide una relación en serio, y ambos caminan hacia la luz pública.




Este nuevo novio de Susan se llama Jackson, y está interpretado por Gail Harold (se hizo famoso interpretando a “Brian Kinney” en Queer as Folk.). La verdad es que me cuesta verle en un roll heterosexual después de las 5 temporadas de la “serie gay por excelencia”…





- Edie Williams (anteriormente Brit) vuelve al vecindario después de su “exilio”, y lo hace casada con un marido, Dave, que parece haber pulido considerablemente sus modales, y sus punzantes golpes. No obstante ese nuevo marido oculta un historial psiquiátrico tras de sí, debido a sus problemas para dominar su ira.




Sin duda debo confesar mi más absoluta admiración por esta serie, con sus guiones espectaculares, y una interpretación que es un duelo de titanes en permanente batalla de ironía. El resto de series deberían seguir su ejemplo a la hora de “crear productos televisivos de calidad”.





28 de septiembre de 2008

"Crisis Económica y Consecuencias Geopolíticas a Nivel Mundial"




Interesante opinión de Harold James (profesor de historia y relaciones internacionales de la Universidad de Princeton) sobre las “consecuencias geopolíticas que podría tener la crisis económica de 2008, haciendo una comparativa con la Gran Depresión. Sin duda una reflexión interesantísima:




“Los preocupados inversionistas y encargados del diseño de políticas están obsesionados con las analogías de la Gran Depresión. Pero las lecciones de 1931 sólo son parcialmente financieras o económicas. La crisis de 1931 fue tan grande y destructiva porque fue un drama financiero que se llevó a cabo en un escenario geopolítico.




En las discusiones actuales están surgiendo dos conclusiones sorprendentes, pero sólo se ha digerido plenamente una de ellas. En primer lugar, se necesitan medidas importantes del sector público. En segundo lugar, esas medidas se complican porque en un mundo globalizado la necesidad de asistencia rebasa las fronteras.




Se han intentado soluciones del sector privado, pero éstas han fracasado en un plazo impresionantemente corto. El consuelo más frecuente de esos fracasos es que una crisis verdaderamente grave tiene efectos purgantes. Las empresas insolventes cierran, los créditos fallidos se cancelan y los prestamistas pueden dar créditos de nuevo con una confianza renovada.




Hank Paulson, quien llegó al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos procedente del banco de inversiones más fuerte del país, Goldman Sachs, apostó a la purga al permitir que quebrara Lehman Brothers. Sostuvo que los Estados Unidos no pueden tolerar una cultura del rescate. Una negativa firme del gobierno debe considerarse como una señal de que la mayor parte de la economía estadounidense es esencialmente sólida y que los mercados financieros del país tienen la suficiente sofisticación para identificar prácticas empresariales sanas.




El Secretario del Tesoro de los Estados Unidos durante la Gran Depresión también era un gigante de las finanzas, Andrew Mellon. La conclusión inmediata de Mellon ante el pánico de la bolsa de valores de 1929 se ha hecho famosa: "liquidar a los trabajadores, liquidar las acciones, liquidar a los agricultores, liquidar los bienes raíces...purgar al sistema de su podredumbre".




Ya resulta claro que la apuesta de alto riesgo de 2008 no fue ganadora, como tampoco lo fue en 1929. Por el contrario, el no haber llevado a cabo un rescate hizo que fueran necesarios otros más: el de AIG o el de HBOS en Inglaterra. Es poco probable que la cosa quede ahí. Circulan listas que especulan sobre cuál será la próxima institución que caerá. La analogía más adecuada para esta clase de estado de ánimo es la novela de Agatha Christie "Y no quedó ninguno", en la que cada asesinato producía una paranoia creciente.




En un sistema financiero que se ha vuelto loco, sólo las instituciones con recursos casi infinitos pueden revertir las tendencias. Esas instituciones pueden ser organizaciones de autoayuda, como fondos comunes de bancos poderosos. En efecto, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos intentó formar un fondo de ese tipo el domingo 14 de septiembre.




Pero en un clima de profunda incertidumbre, la autoayuda no es suficiente. Es necesario que participen los gobiernos o los bancos centrales, porque son los únicos suficientemente grandes y rápidos. Sólo ellos pudieron acudir con la celeridad necesaria para ayudar a las instituciones gigantes de financiamiento inmobiliario US Fannie Mae y Freddie Mac y después ocuparse de AIG.




La segunda pregunta es ¿qué tipo de gobiernos pueden participar? No cualquier gobierno podrá hacerlo. Los gobiernos europeos de tamaño medio quizá podrán rescatar a instituciones europeas de tamaño medio, pero en el caso de conglomerados financieros realmente grandes, sólo dos gobiernos tienen la capacidad: los Estados Unidos y China.




En las circunstancias similares de la debacle financiera de 1931 también había un número limitado de gobiernos que podían ser eficaces. La vieja superpotencia económica, Inglaterra, estaba demasiado agotada y debilitada para ayudar a alguien más. Las reservas mundiales estaban acumuladas masivamente en los Estados Unidos.




Por ello, la única forma posible de salir de la Gran Depresión mundial de 1931, como lo subrayó el gran historiador económico Charles Kindleberger, era mediante medidas adoptadas por los Estados Unidos. En ese momento, había numerosas razones convincentes para que los estadounidenses no quisieran la carga de un rescate mundial: enviar más dinero a Europa podía considerarse como tirarlo a la basura. ¿Acaso no habían sido los europeos quienes habían iniciado una guerra mundial que había sido la fuente y el origen del desastre financiero? Económicamente, tal medida habría tenido mucho sentido desde una perspectiva de largo plazo, pero políticamente era imposible y no tenía ningún beneficio a corto plazo.




China es los Estados Unidos de este siglo. Las primeras etapas de la contracción del crédito en 2007 se pudieron manejar con aparente facilidad porque los fondos de riqueza soberana del Medio Oriente, pero sobre todo de China, estuvieron dispuestos a intervenir y recapitalizar la deuda de las instituciones estadounidenses y europeas. El momento crucial de los acontecimientos actuales fue cuando el fondo de riqueza soberana chino China Investment Co. no quiso aventurarse más en la adquisición de Lehman Brothers. En el futuro se considerará el momento del retiro de la CIC como uno en el que la historia pudo haber tomado otra dirección.




Ahora bien, hay muchas razones por las que los chinos se retiraron. La lógica es similar al caso estadounidense de 1931. Algunos de los argumentos que se escuchan en China son muy razonables: hay demasiada incertidumbre y el fondo de riqueza soberana podría perder mucho dinero. La CIC habría perdido dinero en un principio con Lehman. Algunas líneas de pensamiento son más emotivas: ¿podría acaso 2008 ser una venganza por el mal manejo por parte de los Estados Unidos de la crisis de Asia oriental de 1997-1998?




Estamos a punto de saber cuál será la participación real de China en la supervivencia de la economía globalizada mundial. Al igual que en 1931, los argumentos políticos van en contra de tal operación. Sólo quienes tengan una visión a largo plazo se darán cuenta de que los argumentos económicos en favor de un rescate son convincentes”.

27 de septiembre de 2008

"Primer Debate Obama - McCain: Análisis, Conclusiones y Explicación"




Ayer se produjo el Primer Debate de las Elecciones de 2008 en USA (va a haber otros tres), enfrentándose Obama y McCain. Tras haber prestado una absoluta atención al mismo, la conclusión a la que llego es que hubo un empate entre ambos candidatos. Ninguno de los dos llegó a aplastar al otro, y buena prueba de ello es que los integrantes de ambas campañas se han atribuido la victoria.




El debate tuvo tres partes.



- La primera, de 39 minutos, se centró en la Economía.



· Fue allí donde Obama, paradójicamente, mostró más nerviosismo. Con la primera pregunta de Lehrer —"¿cuál es su posición con respecto al plan de recuperación financiera?"— el senador por Illinois se perdió con un plan de cuatro puntos que apenas tuvo tiempo de explicar en los dos minutos de su intervención. Su postura se centraba más en acusar la administración realizada por Bush, y en afirmar que aumentaría el gasto social, y que haría una rebaja fiscal a la clase media.




· McCain, por su parte, eludió los detalles, pues salta a la vista que la economía no es su fuerte. En vez de eso, el candidato republicano arremetió contra su bestia negra favorita: el gasto público. El senador por Arizona llegó a pedir que consideremos una congelación del gasto público. Sus propuestas de revisar los gastos de todos y cada uno de los organismos y agencias estatales, y de implantar por ley los “contratos con coste imitado” (hasta ahora se suelen firmar por un determinado coste, pero sufren múltiples revisiones que disparan el gasto) pueden ser una buena idea, especialmente para una sociedad que se ve obligada a apretarse el cinturón, y que consideraría aberrante que mientras éllos sufren, el Estado despilfarre.



Sin embargo, la conclusión económica es que ambos candidatos están muy verdes. ¡Flojísimos!




- Pasando a continuación a la Política Exterior:



Obama sólo se empezó a mostrar más seguro de sí mismo a partir del minuto 40, cuando el debate giró hacia la política exterior. Ahí cabria pensar que los papeles se iban a invertir, y que, mientras McCain —que acumula una inmensa experiencia en ese terreno— se encentraría en los detalles, Obama tiraría de generalidades.




En realidad, el senador demócrata insistió en discutir con McCain al mismo nivel, lo que, dada la diferencia de currículum entre uno y otro, acaso no fuera la mejor estrategia. Obama, se centró en un bonito discurso cargado de buenas intenciones sobre el diálogo, incluyendo líderes tan discutibles como el presidente iraní.




Ahí McCain le ganó porque mostró algo que los americanos adoran: principios morales. Frente a un Obama dispuesto a hablar con esos líderes impresentables “SIN CONDICIONES”, McCain dijo clarísimamente que no se sentaría a hablar con un presidente que había afirmado que “quería borrar a Israel del mapa”.




Esto, que pudiera pasar desapercibido para un europeo, es trascendental para un americano, considerando la gran influencia de la comunidad judía en USA, especialmente a través de su lobby, el AIPAC. McCain fue rotundo respecto a negociar con esos lidercillos, y Obama se mostró mucho más “propicio al diálogo”, aunque a los ojos de los americanos, eso represente una muestra de debilidad, pues en la mentalidad yankee, sentarse de igual a igual con un líder que propicia el genocidio, es legitimarlo.




Obama trató de escaparse después diciendo que antes de sentarse a nivel presidencial, habría contactos a niveles más bajos… Pero era demasiado tarde. Un presidente norteamericano debe mostrar un liderazgo moral, que sus ciudadanos verían evaporarse si ven a su presidente sentándose de igual a igual con Ahmadineyad.




Otro de los temas a tratar fue Rusia. En este caso ambos fueron bastante concordes en sus posiciones, pero McCAin demostró mayor conocimiento del tema. Por una parte relacionó Georgia con la construcción de gasoductos, y la necesidad rusa de mantener su dominio sobre la energía. Por otra, supo relacionarlo específicamente con el intento ruso de recuperar su área de influencia. Obama más o menos dijo lo mismo, pero a un nivel más genérico, lo que acabó dando la impresión de que McCain se sabía manejar mucho mejor en temas internacionales, y que era capaz de tener una visión estratégica superior en temas de política exterior.




- Por último, Seguridad Nacional, que estuvo íntimamente relacionada con lo anterior, pues Irak apareció una y otra vez.



Obama se centró en atacar la intervención en Irak una y otra vez. Lamentándose continuamente por haber mandado allí el ejército. Mientras McCain, en su primera andanada le respondió que un presidente debería preocuparse de saber administrar Irak a día de hoy, en lugar de lamentarse: pragmatismo puro.




Obama insistió en la necesidad de retirarse cuanto antes, en un plazo de 16 meses, y de centrarse en Afganistán. Aunque esto agradaría a buena parte del electorado que está harto de la guerra, McCain le respondió con un argumento cargado de patriotismo. Le dijo que una vez iniciada la guerra, lo que falló, fue la estrategia para desarrollarla, y que desde el nombramiento de Petraeus, USA estaba ganando la guerra en Irak, y que por tanto sería un error retirarse precipitadamente, ya que eso podría generar una contraofensiva de los radicales que hiciera Irak irrecuperable. Y para rematar el patriotismo, añadió “que no quería ver a los soldados norteamericanos volver a casa derrotados, después del enorme sacrificio que se había hecho en Irak”.




Sin duda, McCain supo sacarle ventaja a un tema que en teoría le iba a erosionar. Y además supo relacionar esa mención a los soldados victoriosos con varios llamamientos a los Veteranos, asegurándoles que él se ocuparía de proporcionarles en trato adecuado. Esto vuelve a ser importantísimo, porque los veteranos constituyen un colectivo de varios millones de personas, que pueden inclinar la balanza en estados dudosos.




Analizando globalmente el debate, insisto a que estuvo igualadísimo a nivel de contenido, aunque debo reconocer que McCain ganó en proximidad al público. Frente al estilo de profesor universitario de Obama, McCain supo mostrarse más cercano, y sobre todo supo hacer valer su experiencia y mayor conocimiento sobre temas que muestran liderazgo: relaciones exteriores, dirección militar, y el mítico hecho de saber representar al comandante en jefe de USA como un héroe de guerra.




Todos sabemos que el liderazgo es algo subjetivo, y ahí, por ejemplo, el lenguaje gestual de McCain fue mucho más efectivo que el de Obama. El candidato republicano se mostró siempre seguro de sí mismo, sin titubear ni un solo momento, y sin mirar a Obama, sino tan sólo a la audiencia, a la cámara o al moderador, el veterano periodista de la televisión pública (PBS) Jim Lehrer.




Frente a esa actitud, Obama respondió con una cascada de titubeos, de interrupciones y sin dejar de dirigirse a un McCain que no se rebajó en ningún momento a devolverle la mirada. El republicano fue capaz de esquivar completamente algunas de las preguntas de Lehrer sin que Obama, que mostró en varias ocasiones una increíble tendencia a perderse en detalles técnicos totalmente accesorios en un debate de estas características, fuera capaz de replicarle o de recordarle que simplemente estaba escurriendo el bulto.




Por último, la ANÉCDOTA: Obama acusó a McCain de no haber dicho explícitamente si se reuniría con el presidente español o no (lo que sin duda puede suponer una alegría para cierto sector de la sociedad española), a lo que el senador de Arizona respondió que “él esperaría a ser presidente para determinar la agencia de reuniones presidenciales” (haciendo una clara distinción entre aquellos líderes con los que no se reuniría bajo ningún concepto por suponer una inmoralidad, como el presidente iraní Ahmadineyad, de aquellos otros a los que habría que considerar a título individual para decidir si le interesaba una reunión o no).




Ahora bien, nadie parece haberse fijado en que NINGUNO de los dos llegó a decir el nombre del presidente español, lo que contrasta bastante, pues ambos pronunciaron los nombres de presidentes de Irán, Venezuela, Cuba, Georgia, y Ucrania (en este caso, también mencionaron explícitamente al líder de la oposición). Sin embargo, el nombre de Zapatero no fue pronunciado en el debate presidencial, lo que vuelve a poner de manifiesto la intrascendencia internacional de ZP.




"Rusia, Georgia, UE y la Guerra de los Gasoductos: Nabucco vs North Stream"





Siguiendo con la línea marcada por el post relacionado con "Gazprom, el arma energética de Rusia", creo interesante analizar la “estrecha relación que existe entre la Guerra de Osetia, y la construcción de los gasoductos que van a abastecer a la UE”.




Lo que en Rusia se conoce como «la guerra de agosto» tiene menos que ver con otra guerra fría como la que dividió Europa durante la segunda mitad del siglo XX que con el pulso estratégico por el gas y el petróleo del Caspio y de Asia central que libran desde hace años Rusia, los EEUU, la UE y China.




En la línea iniciada en 1982 por Ronald Reagan, el actual vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, y el primer ministro británico, Gordon Brown, han intentado aprovechar los escarceos militares entre fuerzas rusas y georgianas del 7 al 12 de agosto para recabar nuevos apoyos a gasoductos no controlados por Moscú y reducir la dependencia energética europea de Rusia.




Tras la represión de Solidaridad en Polonia, los EEUU bloquearon la venta de equipos para la producción y el transporte del gas soviético, y lograron que los europeos limitaran sus importaciones de gas ruso al 30%.




En 2007, la UE importaba ya por los gasoductos existentes 147.500 millones de metros cúbicos de gas natural (el 50% del total) de Rusia, 86.100 millones (el 29%) de Noruega, 32.700 millones (el 11%) de Argelia y, por mar -en buques- otros 49.430 millones de Qatar, Egipto, Nigeria y Argelia.




Rusia -que canaliza el 80% de sus exportaciones a Europa a través del gasoducto que cruza Ucrania- considera una grave amenaza para su seguridad nacional la decisión del 19 de septiembre de 2007 de la Comisión Europea de limitar la expansión de Gazprom en la UE y, sobre todo, la apuesta de Bruselas por un nuevo gasoducto (apodado Nabucco en una cena en 2002 de los fundadores tras ver la ópera de Verdi) por Georgia, fuera de su control.




El diseño y la construcción de Nabucco estarían en manos del consorcio formado por la turca Botas, la austriaca OMV AG, la húngara MOL, Transgas de Rumania y la búlgara Bulgargaz. Con 3.500 kilómetros y capacidad para transportar unos 40.000 millones de metros cúbicos de gas natural por año a través del mar Caspio, el coste se estima en 11.600 millones de dólares.




«El conflicto de Georgia no tendrá ningún impacto en Nabucco ni en su planificación, que incluye los primeros envíos en 2013», insistía, sin demasiado convencimiento, en el Financial Times el 4 de septiembre Reinhard Mitschek, responsable ejecutivo del proyecto: «Tenemos tiempo suficiente para superar las dificultades políticas».




La respuesta de Rusia es muy anterior a la «guerra de agosto».En 2005 Gazprom firmó con las alemanas BASF y E.ON un acuerdo para construir un nuevo gasoducto por encima de Ucrania -el North Stream-, con un coste provisional de 12.000 millones de dólares, una longitud de 1.200 kilómetros, parte de ellos bajo el Báltico, y capacidad para transportar hasta 55.000 millones de metros cúbicos a partir de 2011.




El 23 de junio del año pasado Gazprom, presidida todavía por el entonces viceprimer ministro y hoy presidente Dimitri Medvedev, firmó con la italiana ENI un memorándum para realizar un estudio de viabilidad de otro gasoducto -South Stream- dirigido al sur de Europa, evitando Ucrania y Turquía, valorado en 15.000 millones de dólares y cuya entrada en servicio se prevé para 2012-2013.




Esos dos proyectos se ven reforzados por el acuerdo del 16 de octubre del año pasado para canalizar hacia Rusia buena parte del gas turkmeno, kazajo y uzbeko, la inclusión de Serbia en la nueva red rusa y la multiplicación de contactos para sumar a Irán a las viejas y nuevas redes, aprovechando su enfrentamiento con Occidente por el enriquecimiento de uranio.




Rusia, con un consumo interno creciente y muy subsidiado, yacimientos obsoletos con producción decreciente y una estructura burocrática que tiene poco que envidiar a la soviética, considera vital para su futuro el mantenimiento del control de los gasoductos dirigidos a Europa y la importación del gas del Caspio y de Asia central para sus necesidades internas.




Un éxito militar de Georgia-USA en Osetia del Sur habría debilitado la estrategia de Moscú ante todos sus vecinos y habría reforzado el proyecto Nabucco frente a los rusos. Desde que Putin sucedió a Yeltsin a finales de los 90, el Kremlin ha recuperado el control del sector gasístico (el 22% de la producción mundial) por medio de la empresa Gazprom y de la distribución del petróleo (sextas reservas y segundo productor mundial, tras Arabia saudí).




Desde el año 2000 los ingresos rusos por exportación de gas y petróleo se han multiplicado por seis, pasando de unos 70.000 millones a más de 400.000 millones de dólares anuales. La UE importa más de la mitad del gas y petróleo exportados por Rusia, que -a 300 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas y a más de 100 dólares el barril de petróleo (159 litros)- el año pasado representó más del 60% de todos sus ingresos por exportaciones y alrededor del 30% de su producto interior bruto.




El éxito o el fracaso de Nabucco depende del apoyo de los principales consumidores europeos (Alemania e Italia sobre todo, que no parecen muy entusiasmados) y de que Turkmenistán, Azerbaiyán, Kazajstán -con el sucesor de George Bush, puede que también Irán- acepten llenarlo de combustible.




Es decir, tras la guerra en Osetia, en el fondo subyacía “la Guerra de los Gasoductos entre Rusia por una parte, y USA y la UE por otra”.

"Investment Banking: the Power of Chaos"







Análisis de The Economist sobre la “crisis de los grandes bancos de inversión”:



“THE radical overhaul of the City of London in 1986 was dubbed the Big Bang. The brutal reshaping of Wall Street might be better described as the Big Implosion. The “bulge-bracket” brokerage model—the envy of moneymen everywhere before the crunch—has collapsed in on itself. Even more humiliating for the Green Berets of the markets, the new force in finance is the government.




The last remaining investment banks, Goldman Sachs and Morgan Stanley, sought safety by becoming bank holding companies after last week’s run on the industry, which sent Wall Street scrambling for loans from the central bank (see chart). After Lehman Brothers collapsed, the markets could no longer stomach their mix of illiquid assets and unstable wholesale liabilities. Both will now start gathering deposits, a more stable form of funding. Signing up strong partners should also help. Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG), a giant Japanese bank, will buy up to 20% of Morgan. Goldman has gone one better, coaxing $5 billion from Warren Buffett.




Mr Buffett, no idle flatterer, describes Goldman as “exceptional”. But some doubt that it will be able to adapt and thrive. As a bank, it faces more supervision from the Federal Reserve, tougher capital requirements and restrictions on investing. Universal banks, such as Citigroup and Bank of America, long dismissed as stodgy, argue that their vast balance sheets and wide range of businesses, from credit cards to capital markets, give them an edge in trying times. The head of one bank suggests that the golden years of risk-taking enjoyed by investment banks in 2003-06 were an “aberration”, fuelled by the global liquidity glut.




Private-equity firms and hedge funds spy opportunity, too. Blackstone’s Stephen Schwarzman is keen to take advantage of Wall Street’s disarray. Kohlberg Kravis Roberts, a rival, has ambitions to create a financial “ecosystem”. The buy-out barons got good news this week, when the Fed relaxed its rules on their ownership of banks. One of them, Christopher Flowers, bought a small lender in Missouri, which he may use to hoover up other troubled financial firms. Citadel, a hedge-fund group that is already an options marketmaker, is reportedly mulling a move into the advisory business. Hedge funds have stepped up their financing of mid-tier firms that cannot get loans from Wall Street.




These investors are also going after the “talent” in investment banks. Morale there is not high. One executive admits that becoming a bank “does little for our cachet”. Hedge funds will be particularly keen to get their hands on cutting-edge risk-takers, particularly the Goldman crowd who used to thrive on leverage.




Power may shift in two other directions: abroad and, to a lesser extent, to boutique investment banks. MUFG will be joined by others. After a brief wrangle in the bankruptcy courts, Britain’s Barclays has taken over Lehman’s American operations and quickly put its logo on the fallen firm’s headquarters. “Global financial power is becoming more diffuse,” says Andrew Schwedel of Bain & Company, a consultancy. Merger boutiques, such as Lazard and Greenhill, will emphasise their stability to pick up business. Their shares have done relatively well this year.




But all is not lost for the former investment banks. For one thing, they may not have to cut leverage by as much as feared. Though their overall leverage ratios are high, their risk-adjusted capital ratios under the Basel 2 rules are stronger than those of most commercial banks. They acknowledge, however, that they may have to raise these even higher for a while to assuage market concerns about hard-to-sell assets.




Brad Hintz of Sanford Bernstein, an asset manager and research firm, reckons regulatory shackles will cut Goldman’s return on equity by four percentage points over the cycle. The bank disputes this. Either way, even if it is forced to tone down its in-house proprietary trading it can make up for this by, for instance, launching more hedge funds. And it faces no immediate pressure to sell its large private-equity or commodities holdings. It will continue to co-invest in projects alongside clients, a key Goldman strategy.




Moreover, there are some advantages to becoming a bank. Goldman and Morgan should be able to amass deposits cheaply and easily, because dozens of regional lenders are expected to fail. Almost one-fifth have less capital than regulators consider a safe minimum. However, the new banks will be under scrutiny to ensure they do not put those deposits at great risk.




As sharp distressed-debt investors, they will also be looking to buy assets from the government’s giant loan-buying entity when it gets going. This is likely to be more helpful to them than to commercial banks, which have marked down their mortgage assets less and will not benefit as much when clearing prices are set.




Given the acute stress that remains in money markets, however, the accent for the time being is still on survival. Morgan Stanley’s debt with a maturity of four months was trading to yield as much as 37.5%. Maybe it should consider using credit cards instead.




Financial firms fear further fallout from the recent, potentially catastrophic run on money-market funds, after several of the supposedly ultra-safe vehicles saw their net asset values slip below the sacrosanct $1 level at which investors break even. Only when the government stepped in to guarantee that no more funds would “break the buck” did a semblance of calm return. But “prime” money funds, which are big buyers of corporate debt, are still pulling away from anything deemed risky. This is a big problem for banks, since some $1.3 trillion of their short-term debt is held by such funds, and they may have to turn to longer-term (and dearer) sources.




Once markets stabilise, Wall Street will start to wonder if it is better or worse off without its stand-alone investment banks. Some think they were no more worth saving than Detroit, another once-iconic industry caught up in its own battle for a public rescue. Perhaps even less so: the securities Wall Street packaged were the financial equivalent of slick-looking cars with no brakes. But they may leave a hole. As broker-dealers, regulated more lightly by the Securities and Exchange Commission, they were free to put large dollops of capital to work, providing liquidity, making markets and assuming risk. As banks, they may find the Fed takes a more restrictive view.




It seems implausible that the investment bank will make a comeback, given the speed with which it has unravelled. Yet, 75 years after the legal separation of commercial and investment banking, America has made a full return to the one-stop-shop model practised by John Pierpont Morgan. Another black swan in 2083, and who knows?”



23 de septiembre de 2008

"Banca de Inversión: Explicación y Transformación de Morgan Stanley y Goldman Sachs"









Tras la reciente “crisis bancaria internacional” se ha roto el “modelo de banca de inversiones norteamericano”. En el país de las barras y estrellas había, desde la época de la Gran Recesión, una normativa bancaria que impedía a un mismo banco “desarrollar labores de banca tradicional” y a la vez “desarrollar labores de banca de inversiones”, por lo que las diferentes entidades financieras se especializaban en uno u otro segmento del mercado.




La verdad es que hay mucha gente que quiere “una explicación sencilla de qué es un banco de inversiones”, una “explicación de su concepto, características y diferencias con la banca tradicional”. Pues bien, resumiendo podríamos decir que el modelo de estas instituciones es muy diferente a las que llenan las calles de España a través de amplias redes de sucursales. A diferencia de la banca comercial, que se basa principalmente en captar depósitos (pasivo) y conceder hipotecas (activo), estas entidades no prestan dinero a la gente de a pie.




El “negocio en que se centra un Banco de Inversiones” es:



- Financiar empresas,

- Asesorar operaciones corporativas y

- Emitir productos de inversión para sus clientes, generalmente fondos y otros inversores institucionales




Por lo que, la “estructura de un banco de Inversión” se cimienta por lo general sobre cuatro grandes áreas de negocio:



- Asset Management: asesoramiento y gestión de inversiones.

- Mergers & Acquisitions: coordinación de compras y fusiones entre empresas.

- Equity Markets: colocación en Bolsa.

- Investment Banking: emisión de productos de inversión.




Estos son, a grandes rasgos, los cuatro motores que hacían funcionar a las máquinas financieras como Lehman Brothers. En épocas de bonanza económica, todas esas áreas proporcionaban pingües beneficios para la entidad. Por un lado los bajos tipos de interés y la facilidad de acceso a financiación propició grandes operaciones corporativas y salidas a Bolsa. Por otro, los inversores solicitaban productos financieros cada vez más sofisticados con los que batir rentabilidades históricas. Y todo eso era, a la larga, multimillonarios ingresos para un banco que no supo ver dónde terminaba el riesgo y comenzaba el suicidio.




Fruto de ese suicidio, y para salvar a los dos grandes bancos de inversión que aún quedan en pie (Morgan Stanley y Goldman Sachs, ya que Lehman Brothers ha quebrado y Merrill Lynch ha sido vendido) la Reserva Federal ha aceptado la reestructuración de los dos grandes bancos de inversión del país, en bancos comerciales.




Estas entidades han elegido esta fórmula para poder acceder de forma permanente a las ayudas contra la crisis financiera del organismo monetario, medida cuyo precio ha sido aceptar una mayor supervisión que la que tenían hasta ahora.




Con el fin de poder conceder "una mayor ayuda" crediticia a estas entidades, la Fed obliga a ambos bancos de inversión a desprenderse de la distinción que les diferenciaba de los bancos comerciales. Teóricamente, estos bancos de inversión no dependen de la Fed, por lo que no estaban incluidos en sus préstamos de urgencia, aunque estas normas se modificaron de forma temporal hasta enero. Ahora, Morgan Stanley y Goldman Sachs se tendrán que someter a un mayor control de las autoridades.




En conclusión, se han tenido que transformar en “grandes holdings financieros multidisciplinares” para poder sobrevivir, lo que por otra parte no deja de ser una asunción de la derrota frente al modelo bancario europeo.




"Síndrome PostVacacional: Enfermedad Real o Mito de Vagos"


Dado que oficialmente ha entrado el otoño, y por tanto, todo el mundo ya ha vuelto de vacaciones, incluidos esos que prefieren reservarlas para las dos primeras semanas de septiembre y así no encontrarse la saturación de agosto; toca hoy tratar de uno de los “nuevos mitos creados por la sociedad moderna”: el síndrome postvacacional.




Todos los años, tras acabar las vacaciones de verano tenemos que aguantar un montón de “monsergas sobre el Síndrome Postvacaional”. A título personal me parece un ejemplo más de la afición del ser humano de quejarse por todo. Y es que hace unas cuantas décadas, nadie se quejaba de esto, pues las vacaciones eran mucho más reducidas o inexistentes. Ello por no hablar de los millones de personas que viven en régimen de explotación laboral absoluta (el pan de cada día en China) y que ni siquiera sueña con el concepto de vacaciones. Seguro que esos millones de personas se sentirían indignados si tuviera que ver quejándose al típico vago que tras un mes rascándose la barriga, ahora “sufre” por tener que volver a la oficina.




No obstante, hay algunos psicólogos que se la toman en serio…



El síndrome postvacacional (‘holiday blues’ internacionalmente) puede llegar a solaparse con algunas de las formas características de la depresión clínica: incapacidad de concentración, de planificación de agenda, insomnio, hastío, desidia, bloqueo de la capacidad de decisión, repuntes de agresividad, debilidad generalizada, astenia, sensación de vacío. La incapacidad de resolución en el trabajo conlleva el acumulado de este, generándose así un círculo vicioso que alimenta la sensación de depresión.




- Entre las manifestaciones más puramente físicas del síndrome están los problemas de estómago, las náuseas, la somnolencia durante el día, la taquicardia y la falta de apetito.




- El síndrome postvacacional no está aceptado como enfermedad en las clasificaciones internacionales, lo cual no quiere decir que no exista. Según algunos autores, se trata simplemente de un proceso de adaptación doloroso pero necesario, proceso cuyo fracaso genera desajustes pero no enfermedad. Según otros autores, sin embargo, es enfermedad en tanto que afecta a nuestra esfera de salud general.




- Una de las mayores dificultades que presenta el síndrome, y que repercuten sobre su calificación, es el hecho de que cursa con intensidad y formas variables que pueden dificultar su detección, generándose así una incomprensión hacia las personas que están sufriendo de este mal.




- En España, el perfil prototípico de afectado por el síndrome postvacacional es un hombre o mujer trabajador por cuenta ajena con una horquilla de edad entre los 25 y los 40 años. Las encuestas muestran que el 35% de los trabajadores españoles lo padece en algún grado.




- Los síntomas del síndrome postvacacional suelen desaparecer a los pocos días pero ya empiezan a adquirir una consistencia de preocupación si permanecen hasta las dos o tres semanas.




- En términos generales, los problemas al fin de las temporadas festivas son conocidos desde antiguo. En EEUU, por ejemplo, las tasas de suicidio comienzan a repuntar tras Acción de Gracias y siguen elevadas hasta después de Año Nuevo. La mayor tasa de petición de separaciones y divorcios tiene lugar, en España, a la conclusión del verano.




- Entre las causas que pueden propiciar la aparición del síndrome postvacacional están la adaptación previamente insuficiente al ámbito laboral, la falta de motivación laboral, las vacaciones largas o agotadoras, las expectativas irrealistas en la preparación de las vacaciones y su vivencia como responsabilidad y frustración.




La Universidad de Maryland, que cuenta con un equipo de estudio del síndrome postvacacional, ha emitido durante estos años una serie de recomendaciones tanto para la prevención como para el manejo del síndrome. Estas son algunas de las pautas para luchar contra el síndrome:




- En el regreso:



- Regresar de modo paulatino a la rutina del horario de oficina, ya en vacaciones.

- Regresar anticipadamente a nuestro lugar de residencia para irse aclimatando.

- Incorporarse a la mitad de la semana al puesto de trabajo.

- Tomarse un tiempo para ponerse laboralmente al día.




- En vacaciones:



- Cuidar los básicos: comer bien, descansar abundantemente, hacer ejercicio.

- Establecer objetivos realistas para las vacaciones: organizar prioridades, hacer listas, sujetarse a un presupuesto, planear el propio tiempo.

- Puede permitirse sentimientos de tristeza o melancolía en el entendido de que no son inhabituales.

- Conocer gente nueva, ‘mimarse’ un poco, no ‘engancharse’ al pasado.




En conclusión, que no se debe pasar del relajamiento absoluto al stress brutal en la oficina de un día para otro, sino que hay que hacer una adaptación progresiva…



Seguro que por una “conclusión tan clarividente” aspiran a ganar el Nóbel de Medicina… En fin, lo que hay que aguantar…




Ideas Libérrimas - 2008 -