En medio de las turbulencias que castigan los mercados, el oro está viviendo una época dorada. La inversión en renta variable entraña cada vez más riesgo, la renta fija (tanto estatal como corporativa) no atraviesa por su mejor momento y el dólar, con quien siempre ha mostrado una fuerte descorrelación, sigue muy debilitado.
Junto a ello, los indicadores macroeconómicos siguen mostrando el fuerte deterioro de la economía global, un escenario que favorece el interés por el oro, como el activo refugio por excelencia. Ayer, el oro superó los 1.000 dólares por onza troy, con lo que está cada vez más cerca de los máximos que alcanzó en marzo en 1002,95 dólares por onza. Si en 2008 este metal precioso se convirtió en uno de los activos más rentables, este 2009 tiene muchas papeletas para repetir la hazaña.
Varias firmas de inversión internacionales han augurando que el oro mantendrá un buen comportamiento en los próximos meses y el consenso de mercado apunta, como mínimo, a los 1.000 dólares por onza. Según Merrill Lynch, la onza se cambiara a 1.500 dólares en 2010 ya que, como explican en su último informe sobre materias primas "es un uno de los pocos activos líquidos que no teme al crédito, a la inflación, a la inestabilidad de la divisa o al riesgo político". Goldaman Sachs, a principios de febrero, fijó el precio de la onza del oro en 1.000 euros en los próximos tres meses. La entidad asegura que, mientras persista un elevado riesgo de quiebra de financieras o estados -recogidos en los CDS-, los precios del oro se mantendrán al alza.
El gestor de fondos de Black Rock, Evy Hambro, también se muestra optimista y señala que las tendencias del mercado apoyan la senda alcista del oro. Según el experto, ·en el medio y largo plazo, las tensiones entre la oferta y la demanda van a jugar un papel importante a la hora de determinar el precio de este activo". Apunta que es muy probable que el aumento de la riqueza en las economías emergentes mantenga la demanda de oro al alza, mientras que la oferta se está contrayendo, ante la caída de la explotación del metal.
Juan Ramón Caridad, socio director de Atlas Capital, señala, como otro de los motivos que están impulsando el buen tono del metal precioso, la fuerte demanda de los ETF que replican la cotización del oro. "El SPDR Gold Trust ya representa el 10% del volumen total de la demanda mundial y mueve más de 1.000 toneladas", explica.
Por otro lado, el escenario deflacionista al que podríamos enfrentarnos podría convertirse en una traba para el avance imparable del oro. Sin embargo, el miedo a la crisis pesa más y, como explica Caridad, "todos los trillones de dólares que se están inyectando para combatir la recesión tendrán que generar inflación antes o después, por lo que, aunque en el corto o medio plazo viésemos inflación negativa, en el largo plazo los precios repuntarán de nuevo".
La gestora suiza Julius Baër dispone, en su gama de productos, de un fondo para inversores institucionales que invierte su patrimonio en barras de oro de 400 onzas (12,5 kg), las mantiene segregadas y custodiadas en cámaras de alta seguridad en la población suiza de Olten, en los Alpes, y admite reembolsos tanto en dinero como en las propias barras de oro. Este fondo aúna la seguridad de invertir en activo especialmente atractivo en momentos de crisis, con la liquidez y eficiencia de costes de un fondo de inversión. Adicionalmente la clase en euros del fondo cubre el dólar de tal modo que elimina el efecto del cambio de la divisa aislando la rentabilidad de la materia prima en sí misma.
En enero, los fondos que invierten en metales preciosos se han revalorizado un 10,43%, mientras que los fondos monetarios europeos han caído un 0,01% y los que apuestan por la renta fija a corto plazo de Europa tan sólo ha repuntado un 0,16%.
Junto a ello, los indicadores macroeconómicos siguen mostrando el fuerte deterioro de la economía global, un escenario que favorece el interés por el oro, como el activo refugio por excelencia. Ayer, el oro superó los 1.000 dólares por onza troy, con lo que está cada vez más cerca de los máximos que alcanzó en marzo en 1002,95 dólares por onza. Si en 2008 este metal precioso se convirtió en uno de los activos más rentables, este 2009 tiene muchas papeletas para repetir la hazaña.
Varias firmas de inversión internacionales han augurando que el oro mantendrá un buen comportamiento en los próximos meses y el consenso de mercado apunta, como mínimo, a los 1.000 dólares por onza. Según Merrill Lynch, la onza se cambiara a 1.500 dólares en 2010 ya que, como explican en su último informe sobre materias primas "es un uno de los pocos activos líquidos que no teme al crédito, a la inflación, a la inestabilidad de la divisa o al riesgo político". Goldaman Sachs, a principios de febrero, fijó el precio de la onza del oro en 1.000 euros en los próximos tres meses. La entidad asegura que, mientras persista un elevado riesgo de quiebra de financieras o estados -recogidos en los CDS-, los precios del oro se mantendrán al alza.
El gestor de fondos de Black Rock, Evy Hambro, también se muestra optimista y señala que las tendencias del mercado apoyan la senda alcista del oro. Según el experto, ·en el medio y largo plazo, las tensiones entre la oferta y la demanda van a jugar un papel importante a la hora de determinar el precio de este activo". Apunta que es muy probable que el aumento de la riqueza en las economías emergentes mantenga la demanda de oro al alza, mientras que la oferta se está contrayendo, ante la caída de la explotación del metal.
Juan Ramón Caridad, socio director de Atlas Capital, señala, como otro de los motivos que están impulsando el buen tono del metal precioso, la fuerte demanda de los ETF que replican la cotización del oro. "El SPDR Gold Trust ya representa el 10% del volumen total de la demanda mundial y mueve más de 1.000 toneladas", explica.
Por otro lado, el escenario deflacionista al que podríamos enfrentarnos podría convertirse en una traba para el avance imparable del oro. Sin embargo, el miedo a la crisis pesa más y, como explica Caridad, "todos los trillones de dólares que se están inyectando para combatir la recesión tendrán que generar inflación antes o después, por lo que, aunque en el corto o medio plazo viésemos inflación negativa, en el largo plazo los precios repuntarán de nuevo".
La gestora suiza Julius Baër dispone, en su gama de productos, de un fondo para inversores institucionales que invierte su patrimonio en barras de oro de 400 onzas (12,5 kg), las mantiene segregadas y custodiadas en cámaras de alta seguridad en la población suiza de Olten, en los Alpes, y admite reembolsos tanto en dinero como en las propias barras de oro. Este fondo aúna la seguridad de invertir en activo especialmente atractivo en momentos de crisis, con la liquidez y eficiencia de costes de un fondo de inversión. Adicionalmente la clase en euros del fondo cubre el dólar de tal modo que elimina el efecto del cambio de la divisa aislando la rentabilidad de la materia prima en sí misma.
En enero, los fondos que invierten en metales preciosos se han revalorizado un 10,43%, mientras que los fondos monetarios europeos han caído un 0,01% y los que apuestan por la renta fija a corto plazo de Europa tan sólo ha repuntado un 0,16%.
6 comentarios:
Desde luego, es para pensárselo seriamente.
Una vez tomada la decisión de comprar oro, queda otra: saber dónde y en qué formato comprarlo. Este tema da para mucho...xd
El oro parece ser que nunca pierde terreno.
Por cierto, es muy interesante el post.
Un saludo
Adamantio, que precioso nuevo look. ¡Enhorabuena!
Se pueden comprar certificados de depótsito de orio, o parta estar más seguros, monedas, o lingotes (de diferentes tamaños) jeje. Ya sabéis, un "pisapapeles de lujo" :P
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