Después de digitalizar 18.000 obras, la Biblioteca Nacional ha dado la vuelta al proceso con el objetivo de "dar la oportunidad a los usuarios para que, en lugar de imprimir página por página, puedan recibir en su casa la obra impresa y encuadernada", ha explicado su directora, en la presentación del servicio.
El director general de Bubok, Ángel María Herrera, augura que cada mes se irán introduciendo "entre 10 y 20 títulos", aunque espera que esta estimación crezca porque "el ritmo lo van a marcar las necesidades tecnológicas".
Además de contar con las funciones clásicas que ofrece una Biblioteca Digital –descarga, impresión, envío y la posibilidad de crear un espacio personalizado–, la Biblioteca Nacional de España se convierte en la primera en ofrecer en Europa este servicio, un paso más para poner al alcance del ciudadano las obras maestras y colecciones virtuales.
Los procesos de impresión y digitalización forman una combinación muy buena que se adapta a cada tipo de trabajo, a la consulta y a la lectura, y que permite trabajar sin gastar ojos en pantalla o ampliar y desentrañar abreviaturas cuando sea necesario.
Una de las particularidades de la Biblioteca Digital Hispánica es que "quiere ser un espejo de la propia biblioteca, utilizar todos los soportes de las colecciones y clasificar las obras por temas con la ayuda de especialistas". Así, el servicio de "impresión bajo demanda" ofrecerá reproducciones de todas aquellas obras originales que acepten un formato impreso, incluidas las publicaciones propias de la Biblioteca Nacional, sin tratamiento editorial y en siete tamaños diferentes, para adecuar la impresión al original.
Los usuarios de esta "impresión a la carta", que antes de comprar un ejemplar pueden visualizar en su pantalla el 20 por ciento del interior del libro, también tendrán la opción de recibir la obra en color –para aquellas obras ricas en ilustraciones– o en blanco y negro, según sus necesidades.
El acuerdo con Bubok se suma a un proyecto similar con la plataforma Amazon, que permitirá a cada comunidad de usuarios elegir donde quiere comprar, en función de su ubicación geográfica puesto que la mayor demanda de títulos se concentra en Estados Unidos y México, además de en España.
Estas plataformas ya cuentan con obras a disposición del público, pero el convenio con la Biblioteca Nacional responde a "la misión de preservar y difundir el patrimonio cultural y de poner al alcance del ciudadano obras que no lo estaban".
La Biblioteca Nacional ha apostado por una joven empresa española en el ámbito tecnológico –Bubok nació en mayo de 2008–, que ha invertido 15.000 euros en el servicio, una suma que su representante valora en términos de imagen para su empresa y para deshacerse de la etiqueta de "baja calidad" que tienen este tipo de plataformas.
En el precio final de cada ejemplar están incluidos los costes de producción –que pueden ascender a ochenta euros– y un margen de dos euros que serán destinados al presupuesto de preservación digital de la biblioteca.
Del Corral ha añadido que la institución tiene previsto "observar muy de cerca" este servicio, puesto que es un entorno "muy nuevo, en el que hay mucho que aprender, y en el que la Biblioteca se mantiene a la escucha de lo que los usuarios pidan a través de las herramientas abiertas en la web".
El director general de Bubok, Ángel María Herrera, augura que cada mes se irán introduciendo "entre 10 y 20 títulos", aunque espera que esta estimación crezca porque "el ritmo lo van a marcar las necesidades tecnológicas".
Además de contar con las funciones clásicas que ofrece una Biblioteca Digital –descarga, impresión, envío y la posibilidad de crear un espacio personalizado–, la Biblioteca Nacional de España se convierte en la primera en ofrecer en Europa este servicio, un paso más para poner al alcance del ciudadano las obras maestras y colecciones virtuales.
Los procesos de impresión y digitalización forman una combinación muy buena que se adapta a cada tipo de trabajo, a la consulta y a la lectura, y que permite trabajar sin gastar ojos en pantalla o ampliar y desentrañar abreviaturas cuando sea necesario.
Una de las particularidades de la Biblioteca Digital Hispánica es que "quiere ser un espejo de la propia biblioteca, utilizar todos los soportes de las colecciones y clasificar las obras por temas con la ayuda de especialistas". Así, el servicio de "impresión bajo demanda" ofrecerá reproducciones de todas aquellas obras originales que acepten un formato impreso, incluidas las publicaciones propias de la Biblioteca Nacional, sin tratamiento editorial y en siete tamaños diferentes, para adecuar la impresión al original.
Los usuarios de esta "impresión a la carta", que antes de comprar un ejemplar pueden visualizar en su pantalla el 20 por ciento del interior del libro, también tendrán la opción de recibir la obra en color –para aquellas obras ricas en ilustraciones– o en blanco y negro, según sus necesidades.
El acuerdo con Bubok se suma a un proyecto similar con la plataforma Amazon, que permitirá a cada comunidad de usuarios elegir donde quiere comprar, en función de su ubicación geográfica puesto que la mayor demanda de títulos se concentra en Estados Unidos y México, además de en España.
Estas plataformas ya cuentan con obras a disposición del público, pero el convenio con la Biblioteca Nacional responde a "la misión de preservar y difundir el patrimonio cultural y de poner al alcance del ciudadano obras que no lo estaban".
La Biblioteca Nacional ha apostado por una joven empresa española en el ámbito tecnológico –Bubok nació en mayo de 2008–, que ha invertido 15.000 euros en el servicio, una suma que su representante valora en términos de imagen para su empresa y para deshacerse de la etiqueta de "baja calidad" que tienen este tipo de plataformas.
En el precio final de cada ejemplar están incluidos los costes de producción –que pueden ascender a ochenta euros– y un margen de dos euros que serán destinados al presupuesto de preservación digital de la biblioteca.
Del Corral ha añadido que la institución tiene previsto "observar muy de cerca" este servicio, puesto que es un entorno "muy nuevo, en el que hay mucho que aprender, y en el que la Biblioteca se mantiene a la escucha de lo que los usuarios pidan a través de las herramientas abiertas en la web".
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