General Motors (GM) ha cerrado la venta de Saab al fabricante de automóviles de lujo sueco Koenigsegg. Esta desinversión, que se producirá a finales de año, supone un paso más en la reestructuración del gigante de Detroit. Ambas compañías habían anunciado el pasado 16 de junio un acuerdo de para vender Saab Automobile, que debía hacerse efectivo a finales del tercer trimestre, pero que ahora se realizará a finales de año.
La multinacional estadounidense continuará como accionista de Saab y recibirá acciones preferenciales en la nueva compañía. Para cerrar la financiación del acuerdo faltan, sin embargo, todavía 3.000 millones de coronas suecas (290 millones de euros), un 30% del importe total. El consejero delegado de Koenigsegg, Augie K. Fabela ha segurado que ha recibido "apoyo" del Gobierno sueco a la operación en una reunión que celebró hace una semana con el secretario de Estado de Industria, Jöran Hägglund.
El respaldo de las autoridades suecas en forma de aval es imprescindible para conseguir el préstamo de 600 millones de dólares (425 millones de euros) solicitado al Banco Europeo de Inversiones (BEI), que deberá estudiar la solicitud dentro de un mes.
Saab tiene hasta el jueves para cerrar la reestructuración y relanzamiento de la empresa, tras la prórroga concedida en mayo pasado por el tribunal sueco de Vänesborg, que supervisa la administración de la empresa desde su declaración de quiebra en febrero, si bien cabe la posibilidad de un nuevo aplazamiento.
El tribunal sueco también ha permitido a Saab aplazar a dos años el pago del 75% de su deuda, que asciende en total a 1.000 millones de euros, y a afrontar a corto plazo el del 25% restante, tras el acuerdo con el 80% de sus acreedores.
La multinacional estadounidense continuará como accionista de Saab y recibirá acciones preferenciales en la nueva compañía. Para cerrar la financiación del acuerdo faltan, sin embargo, todavía 3.000 millones de coronas suecas (290 millones de euros), un 30% del importe total. El consejero delegado de Koenigsegg, Augie K. Fabela ha segurado que ha recibido "apoyo" del Gobierno sueco a la operación en una reunión que celebró hace una semana con el secretario de Estado de Industria, Jöran Hägglund.
El respaldo de las autoridades suecas en forma de aval es imprescindible para conseguir el préstamo de 600 millones de dólares (425 millones de euros) solicitado al Banco Europeo de Inversiones (BEI), que deberá estudiar la solicitud dentro de un mes.
Saab tiene hasta el jueves para cerrar la reestructuración y relanzamiento de la empresa, tras la prórroga concedida en mayo pasado por el tribunal sueco de Vänesborg, que supervisa la administración de la empresa desde su declaración de quiebra en febrero, si bien cabe la posibilidad de un nuevo aplazamiento.
El tribunal sueco también ha permitido a Saab aplazar a dos años el pago del 75% de su deuda, que asciende en total a 1.000 millones de euros, y a afrontar a corto plazo el del 25% restante, tras el acuerdo con el 80% de sus acreedores.
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