"Estanflación = Inflación + Estancamiento Económico"

Podemos afirmar que el efecto subprime ha provocado un terremoto económico a nivel mundial. Si llevamos bien años de bonanza económica, todo parece indicar que se acercan nubarrones: la inflación se dispara, la liquidez de los mercados se evapora, y parece que alguno de los motores de la economía empieza a dar síntomas de agotamiento. Y lo preocupante es que la cosa puede ir a peor, y en poco tiempo podemos fácilmente encontrarnos con ESTANFLACIÓN, es decir, inflación disparada y estancamiento económico. Para analizar este fenómeno global, analizaré hoy el caso español.

Empezando por la inflación ( 4.1% en Noviembre), todos los indicadores económicos muestran cómo los precios se han disparado, haciendo los productos básicos como el pan, la leche, los cereales o la carne alcanzar unas cotas que no habían sido vistas en mucho tiempo. Ello por no hablar del escandaloso precio del petróleo, que como bien es sabido, tienen un “efecto irradiante”: al afectar al transporte y a la producción de energía, se repercuten los mayores costes de producción o distribución a los productos adquiridos por los consumidores.

Ante esta situación, las consecuencias son evidentes: por una parte, el Estado se ve obligado a aumentar el gasto público para pagar la nómina de su cuerpo de funcionarios, y por otra, también se ve obligado a realizar un gasto extraordinario para pagar la “paga compensatoria del diferencial de inflación a los pensionistas” (que va a alcanzar los 3000 millones de euros).

Si lo miramos desde el punto de vista de los particulares, pues es evidente que se ven ahogados, ya que el crecimiento de sus salarios es ridículo en comparación con la subida generalizada de precios, lo que hace que tengan que ajustar gastos, y que a su vez repercutirá negativamente sobre el consumo. Siempre se ha dicho que la “inflación es el impuesto de los pobres”, puesto que repercute por igual en todo el mundo, independientemente de su capacidad económica, pero dañando especialmente a aquellos con menor poder adquisitivo, que se ven obligados a comprar productos de primera necesidad a precio de oro.

Pasando ahora al segundo elemento de la ecuación, el “estancamiento económico”, salta a la vista que todavía estamos en los últimos coletazos del ciclo expansivo, pero se atisba que un nuevo ciclo está al llegar. España ha basado su crecimiento económico en el sector de la construcción, y éste empieza a dar síntomas de agotamiento:

• El Colegio de Registradores informa de una caída del 10,18% en la compraventa de viviendas en los seis primeros meses del año respecto al mismo periodo del año anterior.

• El de Arquitectos indica que el número de viviendas visadas se redujo un 35% en julio sobre el mismo mes de 2006.

• El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado la caída también en julio del número de viviendas hipotecadas en un 8% sobre el mes anterior.

• La Seguridad Social confirma que se ha moderado sustancialmente el crecimiento de los afiliados en la construcción (en el segundo trimestre de 2006 crecía un 10,3% y ahora sólo al 3,3%).

• Los datos de paro registrado indican que se ha destruido empleo en los últimos tres meses.

• Varios anuncios de cierre de inmobiliarias

• La caída de la recaudación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales que cobran las comunidades autónomas en las operaciones.

A ello hay que sumarle las revisiones sobre la previsión de crecimiento económico para España. Así el Gobierno ha tenido que revisar su previsión inicial de crecer al 3.3 % a un simple 3%. Pero el peor escenario posible, dibujado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por Caja España, sitúa el crecimiento del PIB para 2008 en el 2,7%. Por encima de él pero bajo la previsión del Gobierno se encontrarían aún el 2,8% previsto por BBVA, AFI, Centro de Predicción Económica (Ceprede) o el 2,9% de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) y La Caixa.

Y es que tener una economía dedicada al “monocultivo del ladrillo” tiene sus riesgos, y éstos pueden empezar a pasar factura en breve. Desde aquí siempre me he mostrado partidario por un modelo basado en la Economía del Conocimiento, de forma que ante un escenario como el actual, España se viese en condiciones de capear el temporal con mayores facilidades.

No obstante, parece ser que los gobernantes españoles hace oídos ciegos a esta necesidad, y así fomentan modelos educativos que están condenados a formar una “generación de analfabetos funcionales” que difícilmente puedan competir en una economía global (el último informe PISA es desolador). Porque, en la globalización, sacar sobresaliente en EPC y tener talante, no cuenta. Solo los verdaderos conocimientos, la preparación técnica y específica para desarrollar tareas altamente cualificadas garantizará la supervivencia económica. El resto… pues serán unos magníficos camareros en los ressorts turísticos en los que veraneen los ciudadanos de países que sí han hecho sus deberes.

En fin, con un tsunami económico a las puertas, y los españoles oyendo de su presidente mensajes de optimismo… Se ve que el “alumno de las dos tardes” sigue con su mayor vicio: creer que si la realidad no se ajusta a sus ensoñaciones, es la realidad la que está equivocada, y en lugar de adaptarse para dar una solución efectiva a los problemas reales, se dedica a soltar discursos cargados de bellas palabras, buenas intenciones, sonrisas y talante, pero ¿ayudará todo esto a las familias a llegar a fin de mes?

Pues yo es que debo de ser un “fascista e intolerante de la derecha extrema”, porque tengo la extraña convicción de que el talante ni paga la hipoteca ni llena la cesta de la compra… La cuestión a tener en cuenta es ¿ tendrá este escenario económico repercusiones en las elecciones de 2008? De otra forma, ¿se caerán del guindo los giliprogres zapateriles cuando se vean ahogados?